Hoy -11 de abril de 2024- hace 763 año que Jaime I prometía jurar personalmente los fueros de Valencia y hacer la promesa extensiva a todos sus sucesores.
Este hecho, es sin lugar a dudas un testimonio de la trascendencia del rey Jaime I en la historia de Valencia y, por extensión, en la de la Corona de Aragón. Este documento que ahora veremos no es solo una promesa de un monarca a sus súbditos; es un pacto que establece las bases de la relación entre el rey y la ciudadanía, y entre la ley y la costumbre.
Es el año 1261, y Jaime I se encuentra en un momento de consolidación de su poder, tras la conquista de Valencia en 1238. Este juramento es un acto de legitimación de su autoridad, pero también una muestra de su voluntad de gobernar en concordancia con los fueros y costumbres locales, respetando la autonomía municipal y la tradición jurídica valenciana.
Los fueros eran un conjunto de leyes y privilegios concedidos por el rey, que regulaban la vida social, económica y política de la ciudad y su territorio. Las costumbres, por otro lado, eran prácticas jurídicas no escritas, pero igualmente vinculantes, que emanaban de la tradición y el consenso popular.
El juramento de Jaime I es un documento de gran relevancia legal y simbólica. Al comprometerse a respetar los fueros y costumbres de Valencia, el rey no solo garantizaba la continuidad de las leyes existentes, sino que también se obligaba a sí mismo y a sus sucesores a mantener estas tradiciones. Este acto de juramento ante una corte general refleja la importancia de la participación ciudadana y la transparencia en la gobernanza.
El texto también destaca por su estructura formal y su lenguaje jurídico, que denota la solemnidad del compromiso. La mención de los sucesores y la orden a los habitantes de utilizar los fueros y costumbres subraya la intención de perpetuidad y la universalidad de las leyes en el reino.
El impacto de este juramento se extendió más allá de su tiempo, influenciando la evolución del derecho municipal y la relación entre el monarca y sus súbditos. Estableció un precedente para la autonomía local y la protección de los derechos ciudadanos frente a la autoridad central, principios que resonarían en la historia jurídica de España y Europa.
Este documento es, por tanto, un reflejo de la política de integración y respeto a la diversidad jurídica que caracterizó el reinado de Jaime I.
En conclusión, el juramento de Jaime I es un documento que encapsula los ideales de justicia y equidad de un rey que buscaba el bienestar de su pueblo. Su legado perdura como un recordatorio de la importancia de la ley y la costumbre en la construcción de una sociedad ordenada y próspera.
Noverint universi quod nos Iacobus… recognoscimus et confitemur nos iurasse in civitate Valencie, septimo idus aprilis, anno Domini millesimo CC.LX. primo, foros et consuetudines Valencie tenere de cetero et perpetuo observare et nunquam in aliquo contravenire. Et ideo per nos et nostros volumus et concedimus vobis, universis et singulis hominibus habita foribus civitatis et regni Valencie, presentibus et futuris, imperpetuum, quod prout nos iuramus et confirmamus dictos foros et consuetudines, semper de cetero successores nostri teneantur iurare et confirmare ipsos foros et consuetudines ac tenere perpetuo et observare et nunquam in aliquo contravenire, sic quod, quando dicti successores nostri debebunt regnare, apud Valenciam veniant et infra unum mensem, ex quo fuerint ibi in civitate Valencie, celebrent curiam generalem et tunc iurent et confirment ibi dictos foros et consuetudines coram omnibus, prout superius est dictum, et sic semper successores nostri, unus post alium, dictam iuram et confirmacionem facere teneantur, sub forma superius prenotata; mandantes universis habitatoribus civitatis et tocius regni Valencie, presentibus et futuris, quod de dictis foris et consuetudinibus utantur et uti teneantur de cetero in omnibus causis et non de aliquo vel de aliquibus foris aliis vel consuetudinibus nunquam aliquo tempore vel aliqua racione vel causa.
Datum Valencie, III idus aprilis, anno Domini M.CC.LX.I.
Sepan todos que nosotros, Jacobo, por la Gracia de Dios rey de Aragón, Mallorca y Valencia, Conde de Barcelona y Señor de Montpellier, reconocemos y confesamos haber jurado en la ciudad de Valencia, el séptimo día de los idus de abril, en el año del Señor de 1261, mantener y observar perpetuamente los fueros y costumbres de Valencia y nunca contravenirlos en nada. Y por lo tanto, por Nos y nuestros herederos, queremos y concedemos a vosotros, a todos y cada uno de los hombres residentes en la ciudad y reino de Valencia, presentes y futuros, para siempre, que así como Nos juramos y confirmamos dichos fueros y costumbres, siempre en adelante nuestros sucesores estén obligados a jurar y confirmar los mismos fueros y costumbres y a mantenerlos y observarlos perpetuamente y nunca contravenirlos en nada, de tal manera que, cuando dichos sucesores nuestros deban reinar, vengan a Valencia y en el plazo de un mes, desde que estén en la ciudad de Valencia, celebren una corte general y entonces juren y confirmen allí dichos fueros y costumbres ante todos, como se ha dicho anteriormente; y así siempre nuestros sucesores, uno tras otro, estén obligados a hacer dicho juramento y confirmación, en la forma antes mencionada; ordenando a todos los habitantes de la ciudad y de todo el reino de Valencia, presentes y futuros, que utilicen dichos fueros y costumbres y estén obligados a usarlos de ahora en adelante en todos los casos, y no de otros fueros o costumbres nunca en ningún tiempo por ninguna razón o causa.
Dado en Valencia, el tercer día de los idus de abril, en el año del Señor de 1261.
Aureum Opus Regni Valentiae, núm. 60.
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Santiago Soler Seguí (11 de abril de 2024). 11 de abril de 1261. Jaime I, rey de Valencia, promete jurar personalmente los fueros de Valencia y lo mismo hagan sus sucesores. Valentia Mediaevalis. Recuperado 9 de noviembre de 2024 de https://doi.org/10.58079/w749